"Todo se basa en los días, en los años, en el tiempo. Se necesita de tiempo para volver a ser feliz, por ejemplo. No se puede no sentir tristeza de un día para el otro.
Yo no lo sabía, él tampoco... y sin embargo estábamos hechos para vivir POR y PARA el OTRO. Tal vez nunca habrá pasado por su cabeza, pero mientras yo trataba de dar mis primeros pasos él ya estaba seguramente soplando su primera, segunda velita de cumpleaños; Mientras yo aprendía mis primeras palabras, él ya lo estaba convirtiendo en uno de sus hobbies preferidos (je).
Es una suerte que nunca se pueda predecir nada -al menos no con exacta precisión-, las sorpresas se perderían...
Hacía miles de días que los dos existíamos al mismo tiempo. Vivíamos en un contexto parecido y en la misma ciudad... andá a saber si alguna vez nos habremos cruzado sin darnos cuenta o incluso nos habremos mirado a la cara, a los ojos... sin siquiera imaginar quién era el otro.
Yo en ese entonces era una una ingenua -Al menos más que ahora- y una ignorante de lo que me pasaba. Como dije antes, eso en parte es una suerte: La vida tenía una sorpresa guardada para mí, algo que daría vuelta TODO... y era obvio que quería tomarme desprevenida.
Era una ignorante de las experiencias, de las equivocaciones. Nunca tuve en cuenta el dicho "Las cosas siempre pasan por alguna razón"... siempre creí que podía hacer todo a mi modo.
Así, La vida misma decidió comenzar a sorprenderme y a enseñarme a caminar del modo más crudo que pueda existir: Mediante La Desilusión y la tristeza.
Meses y hasta podría decir que años me está costando ser como preferiría. Sin embargo los años anteriores fueron los que más peso tuvieron.
Empezaba a darme cuenta de que los problemas en mi familia siempre habían existido y que sólo no lo había visto antes porque NO QUERÍA. Estaba reconociendo de la manera más cruda que no todas las personas están dispuestas a ser tus amigas, y lo peor de todo fue aprender que a pesar de que tengas toda la voluntad del mundo para no sufrir, nunca vas a poder elegir de quién enamorarte. Es una sensación que te consume, te absorve por completo. Si no estás con esa persona no sentís nada, no sos...
Cuando hablo de que la pasé muy mal en esos momentos, hablo literalmente. Llegaba un punto en el que creía que sería lo mejor no volver a acercarme a alguien, al menos durante un largo tiempo. Necesitaba recomponerme física y sentimentalmente.
Empezaban las peleas con mamá, y así mis restricciones con las salidas. Me volví ermitaña y sin querer me estaba alejando de mis amigas...
Un día vería a una amiga después de mucho tiempo, y aunque tenía muchas ganas de verla al menos por su cumpleaños, me la pasé todo el día teniendo miedo. Sentía miedo de no poder enfrentar a una de las causas de mi tristeza, y sabría que de algún modo sería débil.
Obviamente tuve que ir y "enfrentar", pero él pasó casi desapercibido. Yo estaba con mis amigas, las había extrañado muchisimo, y quería aprovechar mi estadía con ellas lo mejor posible.
Ahí, en ese momento, estando con ellas, fue cuando la Vida me llevó al segundo nivel de mi largo aprendizaje: Estaba parada lejos, pero frente a la entrada. Lo ví llegar, caminando con unos amigos de él, y aunque todavía no fue demasiado significativo para mí, lo miré durante varios segundos seguidos, sin poder dejar de hacerlo. Por un momento me olvidé del miedo que sentí al llegar a la casa de mi amiga, y le sonreí cuando vino a saludarme.
No lo conocía, ni siquiera formábamos parte del mismo grupo de gente... pero por alguna razón no podía dejar de observarlo. Me causaban gracia las cosas que hacía, parecía extrovertido, se mostraba seguro... y eso era lo que yo en ese entonces más necesitaba: Seguridad.
Recién cuando se sentó a mi lado me dí cuenta de que su sonrisa fue lo que más me había atraído. Sí, él me atraía, pero a pesar de que quisiera hablarle, la timidez todavía me dominaba. No podía hacer nada más que mirarlo, aunque sea de reojo. Igual era de imaginar que su extraversión permitiría que termináramos hablando de casi todo. Me hacía reír, me confiaba sus cosas. Parecía buen tipo... definitivamente quería seguir conociéndolo."
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Cinco años después, no dejo de agradecer la suerte que tuve al haberte conocido.
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