domingo, 12 de julio de 2009

La desdichada vida -Y muerte- de los dientes de Liza.

Lo recuerdo bien. Estaba comiéndome un pan -Gorda como siempre =)- de tres días antes más o menos, tenía que "romperlo" un montón para poder comerlo. Los dientitos de una nena de cinco años no iban a soportar tanta presión... y así se me salió mi primer dientito, a los cinco años (Soy precoz hasta en eso).
Era el primer incisivo -"Paleta" mejor dicho- que en ese momento le iba a cambiar al Ratón Pérez por plata. Digamos que estaba contenta.
Después creció de nuevo. Pero juro que odié mucho que haya crecido "tanto". No porque no quería tener dientes, no era sólo por el dolor... sino porque mi diente a estrenar estaba creciendo dentro de un espacio diminuto, un espacio que había dejado un dientito de menos de medio centímetro. Definitivamente mi paladar no estaba preparado todavía, no.

Cuestión que así empezaron mis visitas al odontólogo (Y así hasta ahora). Mis dientes siguieron cayendo y en menos de un año, casi todos mis dientes de leche habían desaparecido.
A los siete años era un monstruo, mi paladar diminuto estaba siendo bombardeado violentamente por enormes incisivos, y muy grandes premolares. Los caninos estaban tan apretados que no tuvieron forma de entrar, optaron ubicarse arriba de los incisivos laterales... parecía un vampiro.
Durante todo ese lapso casi nunca me animé a sonreír. Vivía con las encías lastimadas y me daba vergüenza tentarme.
El odontólogo hizo de todo para hacer espacio en mi pequeño paladar: gastó un poco los premolares, tuve que soportar interminables pinchazos de anestecia... hasta que definitivamente optó por despojarme de mi premolar izquierdo -Era un premolar permanente encima-.
"No queda otra que sacar el premolar. La nena es demasiado chiquita para usar aparatos y los dientes necesitan espacio".
Casi me muero. Creo que mi malestar anímico me duró algunos días.


Así, llegué a la edad de once años. Mi paladar, todavía medio afectado por el soporte que tenía que brindar a los dientes monstruosos, iban a tener que pasar por otro sometimiento: "Liza, finalmente vas a usar aparatos, ¿No estás contenta?".
El doctor -¿Por suerte?- no me quizo poner aparatos fijos, no me acuerdo por qué. Lo que sí, me puso los de alambre, y juro que los primeros días de uso fueron la muerte.
No sólo tenía que usarlos para dormir, tenía que usarlos TODO EL TIEMPO. No me permitían sacármelos ni para comer, y siempre me terminaba sangrando hasta la lengua cada vez que comía. Quería sacarme todo, mandar a la mierda a todo el mundo.
Bajé mucho de peso porque no me gustaba comer con los aparatos. Así que ahora, a los doce años, también se sumó el tema del bajísimo peso... con 1.50 creo que pesaba alrededor de 35 Kg, no me acuerdo bien. Además ed las visitas obligadas al odontólogo, también tenía que ir al doctor para controlar mi peso. "Nena, mirá esos brazos, los huesos de los codos se te van a salir". Exageradodemierda.
Cada semana iba al dentista para ajuste de alambres, y no exagero al decir que era realmente doloroso. "Tenemos que agrandar el paladar para hacer espacio, no te quejes" decía mi mamá. Claro, ella nunca tuvo que usar aparatos
.

Por suerte la cosa se fue arregando, pero los caninos eran un problema porque a pesar de que empezaba a haber lugar (Sumándole el espacio de la falta del premolar izquierdo) los caninos no bajaban. Seguían ahí, como queriendo morder un cuello. ¿Entonces que hizo el brillante doctor? ¬¬ a mis dolorosos aparatos les agregó unos ganchos horribles, y parecían afilados. "Son para bajar los caninos, es lo único que falta". La verdad que sí, era lo único que me faltaba u_u

Lloraba casi todos los días, las encías de arriba me sangraban mucho, y no podía soportar el dolor de los ganchos... tuve razón al pensar que eran muy afilados. Igual no le dieron tanta importancia
"Aguantate, vas a terminar hermosa. En seis meses vas a estar como nueva". Sí, las pelotas. Terminé soportando los aparatos más de dos años y medio, y si no los seguí usando fue porque yo decidí no hacerlo.
- - - - -
Tengo 17 años. Me falta el premolar izquierdo, y por lo tanto, toda la mandíbula de arriba está corrida hacia la izquierda. Es decir... me quedaron las paletas desviadas, soy una deforme.
Ahora mis caninos, digamos que están en su lugar... pero los odio. Tengo 354687435458 arreglos de caries -uno incluído en uno de los caninos-. Lo peor de todo es que a pesar de que reconozco que soy la más golosa, casi siempre me lavo los dientes... ¿De dónde salen las conchudas caries?

En fin, éstos días tengo que sacar turno de nuevo con el odontólogo porque el arreglo que me había hecho el odontólogo odioso al que iba antes, se está saliendo, y encima, tengo otra carie. FuckFuckFuck mil veces =(.
=)




5 comentarios:

Seb dijo...

Uh cuantas vueltas con tus dientes :/
Espero que te salga todo bien en la próxima visita.

Jota dijo...

tranqui, a mí me sacaron cinco muelas, dos veces la misma... Es decir, la de leche y una vez que me creció.
Y usé aparatos

Y hoy no voy más al dentista... me da pánico

Don Grinner dijo...

Yo sólo fuí al odontólogo para contoles, nunca tuve caries... ya lo sabés =P. ¡Ay, que envidia! xD.

Staff de Bla Bla Bla dijo...

Mientras que el odontólogo no sea Barreda,podés hacerte todos los arreglos que quieras!

Caro dijo...

"Tenemos que agrandar el paladar para hacer espacio, no te quejes"

es la misma mierda de verso que me dieron a mi. Igual es mejor resolver todo ahora porque sino de grande te trae todos los problemas :/