Algún día...

Hace un rato entré al blog para quejarme de lo mal que me sentía. Me dolía la espalda, los brazos, el cuerpo entero. Sentía mi estómago como un trapo de piso retorciéndose y tenía casi cuarenta de fiebre. Mi cabeza daba la sensación de ser ocho mil ladrillos sobre mi nuca.

Ahora me siento una pamentosa por dos razones. La primera no tan significativa: Me tomé algo y listo, a pesar de que a mi estómago todavía lo siento algo retorcido (No sé bien por qué), la fiebre ya casi desapareció y el cuerpo ya no pesa tanto.

La segunda razón es mucho más significativa, muy. Estoy dándome cuenta de que a veces me quejo por pelotudeces, sabiendo que hay cosas mucho (Pero MUCHO, eh?) peores en la vida.
La vida es demasiado corta como para saber aprovecharla al máximo. Con mis recientes 18 años, experiencias mías y ajenas me están enseñando que un simple catarro o una fiebre no son motivos para quejarse, no. Hay otras miles de personas sufriendo por cosas que sí "merecen ser sufridas", sólo que están los que -tal vez sin saberlo- no pueden darse cuenta de eso. Y yo me incluyo.

Como dije antes, hace un momento quería subir que me sentía mal. Pero me enteré de algo que cambió un poco más mi forma de ver las cosas, al menos en parte, no sé.
Ahora puedo decir que a pesar de que estoy mejor, me siento mal. Puede ser que ya no tenga fiebre o no me duela más la cabeza, pero el dolor, la impotencia y el sufrimiento pueden llegar a pesar más que cualquier migraña, se los aseguro.

Y pensar que justo en éstos días estaba pensando en que no sabía nada de vos, amiga... Ni de vos ni de tu mamá. Estaba algo preocupada, hacía días que no hablaba con vos, y después, recién, hace un rato, me enteré de lo peor...
Por eso digo que soy una pamentosa, me pongo mal por pelotudeces. Incluso yo sé lo que es perder a alguien querido, pero jamás voy a poder aferrarme a la idea de no volver a ver nunca más a alguien tan pero TAN cercano, no puedo imaginármelo.
Debe ser como crecer de golpe... como que de un día para el otro seas la responsable de todo. Encima con todas las cosas que ya te pesan, Sabri...

Me siento culpable porque me enteré de todo de la peor forma, no quería enterarme así. Me siento culpable porque además no pude estar con vos cuando necesitabas muchos brazos a los cuales enredarte. Me siento mal porque nunca te conocí, que nunca pude contarte un secreto a solas... en definitiva porque nunca pude estar con vos, sabiendo que sos una de las personitas más tiernas, dulces, y comprensivas que conozco. No te merecés nada de lo que te está pasando :(.

Y te juro que yo tampoco lo puedo creer. Hace unas semanas me habías contado que todo ya estaba bien... y ahora...
Sólo quiero recordarte que siempre vas a tener mi apoyo en todo. Ninguna compañía se va a comparar con la de tu mamá, pero puedo acompañarte a salir cuando quieras! je. Tarde o temprano nos tenemos que ver, eso es seguro. Algún día vamos a estar juntas y hablar de todas las cosas que nos pasan, quedarnos horas hablando de boludeces y vamos a tener esa tranquilidad de saber que finalmente PUDIMOS.
Eso es lo que tenés que tener en cuenta: El "Algún día". Sabemos que desgraciadamente las cosas no son para siempre, pero la vida siempre te va a dar la oporunidad de ver el lado bueno de las cosas. Así como yo digo "Algún día voy a volver a ver a mi abuela", vos tenés que decir "Algún día voy a volver a estar con mi mamá"...

Necesito que tengas en cuenta que siempre te tengo presente y que me preocupa saber cómo estás. En serio. En estos años que nos conocemos (Bah, "conocemos"... por SMS, teléfono y MSN, nada más =S), aprendí a quererte un montón...

Te llamé tres veces y nadie contestó. A la cuarta (En mi, la cuarta es la vencida, no la tercera xD) me atendiste vos, pero estabas comiendo, así que dentro de un ratito hablamos bien.

Te quiero muchiiiiiiiisimo, Sabri. Mucha fuerza para vos y para toda tu familia ♥

(Esa es la eterna receta)