Ambos íbamos de la mano y nos cruzamos a una compañera mía del instituto donde estudio. Apenas la ví, ya supe la que se me venía.
- Él es mi novio -dije al presentarlos, sonriendo y haciéndome la impune pero una voz tan bajita que no llegaba a tapar mi inseguridad... Y que a la vez tampoco bastó para que no se escuchasen esas palabras tan heavys: "mi novio".
Porque, evidentemente, todavía no tengo idea de cómo identificarte ante los demás. Sólo sé que "somos"... pero es como si, inconscientemente, necesitara de alguna especie de confirmación o permiso que me deje completar esa oración: ¿somos qué cosa?
Después, casualmente y casi hasta burlándonos de nosotros mismos, hablábamos de que somos unos chapados a la antigua. Supongo que ese es el punto: "¿Chongo? ¡Ay, pero par favar! Esas son cosas de pendejitos".
1 comentario:
Es lo peor cuando no sabes qué sos con una persona. Pero a veces no hace falta que él te pregunte como en las películas si querés ser la novia para serlo :)
Saludos.
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