Tengo la cabeza llena de tantas cosas en este momento que me mareo, no puedo concentrarme, no puedo hablar con nadie.
Voy a tratar de ordenarlas. Necesito sacármelas.
Primero, la última visita a su casa, en diciembre de 2020. No la olvido y creo que no la olvidaré jamás. Nunca imaginé que esa sería la última vez que cruzaría esas puertas, abrazaría a los niños 🐶🐱 y estaría en su cama.
Recuerdo también el fallecimiento de de su papá —que fue como mi propio papá—. Enero de 2021. Tengo en la cabeza el recuerdo de que Tuto no me dejó acompañarlo en las ceremonias velatorias sin explicación alguna y sin excepción, a pesar de que le expresé mis ganas de ir. Recuerdo mi impotencia. El pensamiento angustioso de saber que no podría despedirme de él. Que no tendría otra oportunidad de hacerlo, nunca más... Y no sabía por qué.
También, haber viajado hasta Calzada en ese mismo mes expresa y exclusivamente para saludarlo por todo lo acontecido (había pedido una bici prestada para llegar más rápido desde mi casa a la de Él). No me importaba si estábamos separados desde hacía un par de meses. Yo quería darle mi apoyo y consuelo, aunque sea un abrazo...
Pero me dijo que me vaya.
Me acuerdo de su rechazo escribiéndome en el teléfono, conmigo frente a esas rejas que nunca volvería a cruzar. A mí, tratando de convencerlo durante minutos, rogándole que me deje pasar. El recuerdo de su "Andate" mientras yo ya estaba sentada en la vereda de su casa, no pudiendo creer lo que estaba pasando. Llorando y mirando ese mensaje sin poder creerlo. Sin poder creer todo lo que pasaba. Sin entender nada.
Pero después... Recuerdo el momento... ESE momento. Julio de 2021.
—Estoy saliendo con una mina [...] Desde principios de año, más o menos. —Me contó sin muchas más explicaciones.
Me acuerdo de la tranquilidad que me obligué a manejar en la calle al leer la novedad. De la sensación horrible que sobrevino después, con mi mente recordándome que mi vida no sería con Él, y la desesperación de mi corazón al ver que lo que parecía imposible para él, ahora era real: Augusto estaba con otra mujer.
De verdad fue como vivir algo que siempre había creído que sería imposible, que mi mente y corazón no aceptaban, se negaban a aceptar porque habían vivido seguros de que nada de todo esto pasaría, NUNCA, ni en la más remota posibilidad. Era como pensar en qué pasaría si se explotara el mismísimo Sol, la Luna, y el universo desapareciera. Siempre había sido algo imposible y muy lejano a toda comprensión.
El primer ataque de pánico que me dio apenas llegué a casa fue inevitable. Mi primer intento de suicidio fue porque pensé que no tenía entonces ninguna otra razón para seguir viviendo. Mi razón no admitía lógica alguna para existir sin Él, y mi corazón se había destrozado junto con mi razón. El único que podía sanarlo, ya no estaría conmigo nunca más.
Recuerdo también del enojo que tuve al despertar en el hospital POR NO HABERLO LOGRADO. El haberme encontrado atada a la cama, intubada con algo incomodísimo, pinchada por doquier. Todo el camino que tuve que atravesar para volver más o menos a la realidad empezando de nuevo desde el nivel 0. Fue como bajar hasta el Infierno y volver a subir con escaleras por un trayecto muy largo. Me costó mucho volver a rearmarme sola. Pasé de tener sueños, motivaciones y anhelos, a solamente tratar de sobrevivir cada día. Sobrevivir, se había convertido en mi mayor desafío y logro desde que conseguía levantarme hasta que volvía a dormir.
También recuerdo, ya más lúcida, el haber hecho las cuentas sin querer y terminar en la conclusión de que no yo podía sentirme más pelotuda, ni más miserable. "Salen desde principios de año... Me dijo. O sea, más allá de que pudo rehacer su vida en sólo un par de meses (envidiable)…
Y sí.
Ella fue la razón por la que Él empezó a hablarme cada vez menos, no quiso que fuera a despedir a su papá, ni recibirme en su casa... Era ella.
Y terminé concluyendo:
La última vez que estuve en su cama, Él también estaba teniendo contacto con ella, a la vez. Todo ese tiempo fue por ella... Y por supuesto que no me lo diría."
Sobrepensar es un defecto, ya lo sé. Pero reconocer esto último me dolió muchísimo. Sentía un Déjà Vú que me traía imágenes mías en un hospital, a punto de abortar un hijo suyo... (aborto que en el fondo de mi corazón yo no quería realizar, y que siento me va a acompañar toda mi vida) mientras Él, más allá de acompañarme en todo el proceso, a la vez estaba hablándose y planeando irse a otra provincia con otra mina. Otra. Mientras estaba conmigo. No importa qué excusa puedan darme. Es doloroso.
Habiendo vivido todo lo que pasamos en todos estos años... ¿Por qué entonces no tuvo el gesto, la delicadeza, de ahorrarme toda la angustia y la desilusión, y decirme desde el momento CERO que charlaba, se veía o le pasaban cosas con alguien más?
Sé que mentir no es lo mismo que esconder la verdad. Él, espero y confío, no me mintió en nada... Pero yo, después de recorrer un camino que dolía, aprendí varias lecciones durante toda nuestra relación e hice lo que pude para responsabilizarme debidamente de las consecuencias de en algún momento, haberle escondido la verdad, y en consecuencia, haberlo lastimado.
Me responsabilicé y traté de enmendar la situación justamente para que nada de todo esto volviera a pasar nunca más. Ni de parte mía... Y esperaba que tampoco de parte de Él. Por eso, decir que me siento dolida es poco.
Encima pensaba "bueno, calculo yo que tardaré unos meses más en hacer mi vida de nuevo con alguien más..." JJJÁ. Cuatro años van a ser, y acá estoy. No podría sentirme más miserable.
En otro recuerdo, Él me decía algo así como (no es textual) "En el hipotético caso de que yo alguna vez esté con otra, y ella vea estas fotos —unas que tenía en Facebook en ese momento, de nosotros juntos— las va a tener que aceptar. ¡Si sos parte de mi historia!
Habiendo dicho esto, recuerdo cómo se me estrujó el pecho cuando me di cuenta de que sacó todas las fotos que tenía conmigo en sus redes sociales. Ni hablar cuando tiempo después —y hasta hace poco— empezó a hablarme sólo para decirme que tenía fotos mías en su PC, que me las pasaría y después, las borraría.
"Hablás como si no nos fuéramos a ver más."
"Siempre voy a recordarte"
Así me consolaba Él en momentos de crisis donde yo, asustada, intuía que no nos veríamos más...
Y sin embargo acá estoy, teniendo como único "diario íntimo" un blog que había creado para una persona cuyos hechos no están ni cerca de lo descrito más arriba, y a la cual ahora no puedo ver más, ni volver a hablarle.
Ni siquiera pude tener el "consuelo" de seguir viendo de vez en cuando al Rottweiler que habíamos adoptado hace unos años. Pensé que lo habíamos adoptado los dos. Que sería de ambos... O al menos eso creía yo. Se ve que estaba totalmente errada. Ingenua.
En principio Él iba a comprarlo pero como no llegaba con el presupuesto, lo hicimos entre los dos. Y lo consideré nuestro perrijo, tanto durante nuestra breve convivencia como muchísimo tiempo después. Tuto sabe todo lo que amo a los animales, que los quiero como si fueran mi familia, entonces no puedo creer que ahora, las pocas veces que puedo y me animo a acercarme a su casa, tengo que espiar a través de las rejas desde un rincón, como si fuera una delincuente, para que no me vea ninguno de los dos (ni Él ni la actual señora de la casa), buscando a ver si tengo la suerte de que Ástor, el Rott, esté en el patio, y así pueda acariciarlo y besar su hocicote aunque sea menos de 5 minutos del otro lado de las rejas.
Ver la moto de ella, su nueva compañera, también me lastima, porque me hace pensar en todo lo que yo no pude ser para Él mientras estuvimos juntos. ¿Qué tendrá una cosa que ver con la otra? Bueno:
A veces no puedo creer tampoco que hayamos estado tanto tiempo, tan enamorados... Viéndolo tan distinto ahora. Yo siempre fui más sensible, tímida; Él, por el contrario, manejaba una extraversión que yo admiraba, fue una de las cosas que me enamoraron de Él, y también una vehemencia que yo percibía que cada vez era más grande... Al punto de darme miedo.
Sí. Miedo. Aunque suene ridículo. Traumas aparte.
Él pedía que yo cambiara parte de mi personalidad, que fuera menos sensible porque me lastimaba, no me hacía bien, no me era conveniente (lo cual era y ES cierto); pero a la vez se enojaba cuando le confesaba que a veces me daba miedo verlo gritar a la PC porque no le funcionaba.
Primero (y acá creo que me voy a extender mucho). En este tiempo que pasó, concluí en que la personalidad en sí misma me parece algo muy, muy difícil de cambiar en una persona. Casi imposible. Forma parte de la esencia de cada uno, y más allá de lo que nos enseñen aquellos que nos cuidan en la niñez, los valores que nos inculquen... Nuestra personalidad resultante en la edad adulta va más allá de algo que pueda ser cambiable o no cambiable. En parte, creo que es la repetición o consecuencia inconsciente de patrones aprehendidos (APREHENDIDO, con H) en nuestra niñez. También, y en particular en los casos violentos, creo que la personalidad resultante en la adultez es simplemente un método de "defensa" que formamos las personas a lo largo de nuestro crecimiento. Ya sea terminando violentos, sumisos o miedosos, o empáticos y buenos (este último, diría, para tratar de romper con este patrón).
Y con esto no me quiero excusar. Me niego a decir que aún a mi edad sigo siendo sensible, algo tímida e introvertida SOLAMENTE como consecuencia de los eventos violentos que me pasaron cuando era chiquita. Porque ya no tengo 4 años, ni 12, ni 16 (que fue la edad en la que por primera vez me pude defender de una agresión física). Pero lo que sí puedo asegurar es que es difícil desaprender una forma de ser... ¿Cómo erradicar algo que forma parte de lo que sos, de tu esencia, y que interiorizaste con todos tus sentidos desde que tenés uso de razón?
Lo que en mi opinión sí podemos cambiar, afortunadamente, son los comportamientos... Un concepto muy distinto al de Personalidad. Por ejemplo: noto que un sentimiento feo viene, sea cual sea. Decido NO reprimirlo y sí tomar acción, sacarlo, sublimarlo... ¿Pero cómo? ¿Qué hacer al respecto si esa acción consecuencia de lo que siento es negativa? ¿Realmente tengo intenciones de lastimar al otro como me han lastimado a mí? ¿O es que simplemente SOY ASÍ y ya?
Una y mil veces traté de hacer frente a los sentimientos y acciones que terminan siendo malos y me intoxican. Como en este caso explico, el exceso de sensibilidad y sumisión. Pero claramente es un proceso que puede llegar a llevar toda la vida. Muchas veces no pude hacer frente a la violencia verbal de mi mamá, no pude defenderme, y muchas veces nuestra relación con Tuto se vio afectada por culpa de que no supe cómo sobrellevar esta adversidad. Él me bancó muchos años así... Es difícil que hoy en día alguien te banque con este tipo de cosas. Es una de las razones por las cuales lo amé tanto. Pero ahora: ¿De qué sirve al hacer el esfuerzo de cambiar algo que no sólo es malo para mí —sino también para mi pareja y la relación—, si de todos modos la otra persona tiene comportamientos que también me hacen mal a mí? Sigo lastimada igual. ¿De qué sirve formar más carácter —no sólo para mi pareja, sino para mi vida— si, cuando me sienta mal por algo que hace mi novio y me animo a decírselo, se enoja conmigo hiriéndome con frases del tipo "Ahí tenés la puerta". "Te dije mil veces que si no te gusta como soy, te vayas" "¡Si no te gusta como soy, me dejás y listo!"? ¿De qué se trataría entonces, de un cambio de comportamientos selectivo? ¿Debo tener más carácter y digo lo que pienso a los demás pero con mi pareja debo seguir siendo sumisa, callar lo que me pasa y no decir lo que me hace mal porque si no, el otro se enoja y hasta deja de hablarme por días o me amenaza con que la relación se terminará? Hoy en día, cada vez que pienso en esto, todavía no logro siquiera enojarme. Sólo angustiarme y desilusionarme porque suena ilógico e injusto que una pareja que se supone sana, no pueda expresar lo que siente asertivamente por miedo a que la otra persona se enoje, conteste mal o hasta deje de hablarte por días. Eso es triste, es angustioso... Y no hablarte por días... Eso es maltrato. Este comportamiento sí es digno de ser cambiado porque hace mal a quien vos amás... Y se supone que vos no querés hacer mal a quién amás, al contrario. ¿No?
Qué loco. A pesar de que todo esto lo haya pensado siempre, recién ahora lo pude expresar con palabras escritas, porque claramente nunca pude decirle todo esto a Él. No es que no quise. No PUDE. Por miedo a lo que decía antes: que se enoje, que me diga cosas hirientes y hasta que me deje. Porque yo no quería irme por la puerta. Yo quería quedarme con Él. Para siempre.
ATENCIÓN
Las siguientes suposiciones no tienen ninguna base confiable. Son especulaciones expresamente propias
A lo que voy con todo este choclazo es que ahora supongo que Él será más feliz porque esta chica parece tener las cualidades que hubiera preferido en mí: más carácter, cero timidez, más seguridad, autoestima, coraje... Una personalidad que acompaña a la suya y que seguro ayuda no sólo a la convivencia, sino también a los proyectos que deben tener en común, como por ejemplo, entre otras cosas... Tener una moto.
Sí. Por más banal que suene. Porque no sólo Él tiene su moto, que la tiene hace años. Ahora ella también.
Ojo, esto no lo sé porque sea una loca obsesiva perseguidora. Hace unos meses estaba volviendo de lo de una amiga que vive a una cuadra de su casa, y como no quería dar toda la vuelta a la manzana, —Ajá, a veces, aunque quiera ver al perro, doy una vuelta a la manzana para evitar ver la casa de mi ex— al pasar no pude evitar ver la otra moto junto a la de Él. Así que no era muy difícil de deducir. ¿Para qué Él tendría dos motos? Las probabilidades puede que estén... Pero de todas maneras concluí que era de ella.
Sólo pude mirar un segundo. Una sensación triste en el pecho me obligó a caminar más rápido hacia la estación de trenes.
Encima no son cualquier tipo de motos. La de Él ya la conocía —Hasta me ha llevado muchísimas veces en ella...— Y la de su nueva compañera de casa —y de vida— era muy parecida a la de Él.
Yo no sé nada de marcas, pero son muy parecidas a las famosas Harley-Davidson cuyos motoqueros manejan en las rutas con sus camperas de cuero. Y seré prejuiciosa, pero en mí mente la veo con esa onda. También supongo que es más cómodo, si por falta de tiempo uno no puede acompañar al otro, el otro va solo donde tenga que ir... Pero el colmo es que hasta me los imaginé yendo de paseo juntos. No puedo ser más masoquista. GOMA.
Siguiendo, todas estas aptitudes de supuesta personalidad perfectísima de novia nueva, las venía numerando sin contar con todas las otras cualidades que considero que tampoco tengo: Físicamente ella es alguien que llama mucho la atención (está buenísima, básicamente). Así que poder llevar esos dotes encima con un plus de ACTITUD (carácter, autoestima, fortaleza, seguridad...) obvio que suma 1000 puntos. Y maneja una señora moto. ¿Cómo no preferir a alguien así? ¿Cómo no sentirte ORGULLOSO de estar con alguien así? Qué suerte que Él pudo volver a enamorarse...
Y más allá de que todo lo anterior, repito, se basa en lo poquísimo que pude ver (y no pude ver más, no porque quise encontrar más cosas y no encontré, sino porque quise preservarme y no bajonearme más) y sea más especulación que otra cosa; más allá de que más que SEGURO ella tenga sus inseguridades y problemas que desconozco, que no tengo por qué saber pero seguro hay porque comprendí que NADIE está exento de fantasmas... De lo que sí estoy segura es de que nada de lo que yo haga, nada de lo que yo piense, ningún comportamiento que hubiera cambiado, hará que Él vuelva conmigo. Él encontró a su igual, muy distinta a mí, perfecta para un Tuto que también veo muy distinto al que conocí, y creo que eso no va cambiar.
Entonces. Sintetizando... Querida Liza: Tuto ya no está. Se fue para siempre. No voy a volver a verlo, ya ni siquiera piensa en mí. No le importo, no me extraña. Ni siquiera participa en mis redes sociales, no ve mis historias, noté que me bloqueó para yo no poder ver las suyas... Ya NO le intereso. YA NO ME QUIERE. ¿Por qué sigo sufriendo entonces por alguien que NO me quiere? ¿Qué tengo que hacer para convencerme?
Me enoja, por Dios. Ya lo dije antes. Me enoja que toda esta situación de mierda sobrepase todo lo demás, como si en mi vida no existieran otras cosas buenas, importantes o más graves.
Hoy en día tengo un sobrino, muy amado y muy joven con cáncer, en coma inducido e intubado.
Tengo a mi perrita (una de las últimas contemporáneas de la relación que tuve con Él) internada, grave, con posibilidad de eutanasia. Soy la única que la puede cuidar y debo ir a recibir malas noticias todos los días en la veterinaria.
Mi hermana tiene síntomas de Dengue y es posible que la internen también.
POR FIN me di la oportunidad de volver a tener al lado a un hombre que realmente quiere acompañarme, que sabe sobre mi pasado y lo acepta, que no me juzga, me apoya, me trata bien, que no deja de decirme todo el tiempo que me ama. Que me cuida. Que todos en mi familia quieren y admiran.
¿POR QUÉ entonces lo único que me pone PEOR a pesar de todo esto —¡Y HACE AÑOS!— es el recuerdo de alguien que hoy en la realidad ya NO me quiere? ¿Por qué no puedo rehacer mi vida después de tanto tiempo?...
Repito, sé que tuve mis errores, que traté de enmendarlos como pude. Le he hecho mucho mal a Tuto, mi amor... (algunas veces todavía me sale decirle así, inevitablemente) pero sinceramente quise hacerle lo mejor cuando volvimos a darnos una oportunidad. La esperanza volvió a surgir. Hablábamos del futuro muy ilusionados.
Pero otra vez... Tiempo después todo se volvió a desplomar. Las heridas volvieron a abrirse.
Entre otras cosas, mi depresión y falta de libido le hizo creer que ya no lo deseaba A ÉL. Si supieras, mi vida... Sentía culpa porque yo misma me creí el verso (de que no te deseaba). Tardé en darme cuenta de que en realidad, no tenía deseo por NADIE ni por nada. No era algo personal. Siempre te deseé, siempre me gustaste un montón, completamente, TODO. Tus manos, tu pelo, tu mirada. Tu cuerpo entero... Tenerte enfrente siempre hizo que me temblaran las piernas y se me erice la piel, pero realmente NO PODÍA disfrutarte, porque a veces no podía hacer NADA, ni siquiera levantarme de la cama... Lamento mucho haberte hecho sufrir por eso u.u
Además, la medicación que tenía que tomar hacía que me quedara dormida o sin fuerzas para nada. El sueño me vencía peor que antes y Él creyó que simplemente prefería dormir que estar con Él... Otro pensamiento errado. El sueño es algo que fisiológicamente necesitamos para vivir, en algún momento nos vence... Cerca del último período de nuestra relación, yo había conseguido un trabajo del cual llegaba y me desplomaba y a veces no me quedaban fuerzas siquiera para darle la atención que quería darle y Él merecía... Imagínense entonces con medicación psiquiátrica diaria.
Es verdad que yo no podía tener la fuerza que tenía Él para trasnochar varias noches... Y también me siento algo responsable. No haber podido cumplir "sus expectativas" sí... frustra.
Muchos errores, muchas heridas sin intención, muchas preguntas que ya no tendrán respuestas... ¿Pero por qué siento que no puedo redimirme con nada? Es injusto sufrir por tantos años. Para mí y para cualquiera. Ningún ser humano merece sentir todo esto (salvo los violadores, asesinos seriales, corruptos... Bueno).
No, seguir escribiendo en este blog no funcionó. Sólo reavivió angustias y abrió heridas que no quería abrir.
Además... 2008, 2009... ¡16 años tiene ya! El "altar" creado en su nombre hoy ya tiene la edad que yo tenía cuando lo conocí... Ahora, el motivo por el que abrí este blog está tan muerto como la relación que formamos, y su amor por mí. Seguir escribiendo acá es en vano, es seguir con la venda en los ojos aún sabiendo que ya estoy muerta, como Lady Jane Grey, the Queen.
Así que supongo que si quiero seguir relatando historias, que sean sobre Historia Mundial, ya no del Tuto que pudo ser mi novio y al final no pero que fue mi amigo, o la Liza que podría haber sido porque nuestra relación hubiera sido... No, ya nada. Porque Él ya no está. Todo lo que piense, todo lo que haga, ya no sirve. Él, que me decía con todo su corazón que me amaba, se fue. Para siempre, aunque me duela.
Ojalá lo acepte algún día. Siento que el deseo de aceptar, superar, prácticamente se convirtió en un sueño casi utópico de alcanzar... Como llegar al pico del Cerro de El Chaltén. Como llegar a la cima del Monte Everest. Como tener un carácter que me deje defenderme con las palabras correctas, para no herir a los demás.
Y, aunque no voy a borrar la página (No, aún superada yo no borraría ningún recuerdo).
Ojalá no volva a escribir nunca más en este lugar. Se volvió un lugar triste, angustioso. Y no quiero que mi vida siga ese camino.
A otra página.
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