martes, 26 de junio de 2012

"Extraño a..."

Hoy iba a ser mi primer día de clases después de aquél día. Hace una semana, justo, estaba postrada en la cama, sin querer salir de ahí adentro... para mí fue todo un logro hasta intentar concentrarme en mis estudios otra vez.
Es como una propuesta que quiero imponerme, como una meta a seguir... tratar de seguir con mi vida como pueda. Y realmente lo quiero hacer, ayer, al ver que pude adelantar cosas de la facu, organizar un poco mis cosas, pensé que al fin podría comenzar... pero hoy no pude evitar despertarme igual que como me había dormido la noche anterior: pensando en lo obvio.


Hoy por suerte, hasta ahora, no se me salió una lágrima. Bueno... mis ojos brillaron de anegamiento, pero no quise dejar que se me cayera una gotita. No porque no sienta lo mismo que antes, creo que es porque mi corazón, finalmente, está tratando de mejorar también... como lo está tratando mi mente desde hace una semana.
Pero no es algo que pueda conseguir de un día para el otro. Me bañé triste, me cepillé los dientes triste, me sequé el cuerpo, me cambié y me peiné con las mismas sensaciones. No podía sacármelas de encima... eran como una peste.


El frío pelaba mis manos en la estación mientras esperaba el tren. Todavía había mucho silencio en el andén, no había casi nadie... y recordé que hacía bastante que no escuchaba la radio durante mis viajes. Pensé en que tal vez eso serviría para distraerme porque los conductores de ese programa en especial, siempre me hacen reír. Conecté mis auriculares al celular pensando "Bueno, mientras en el tren cierro los ojos, y escucho tranquila".


Resulta que en el programa, el tema del día era "Extraño a...".
No podía ser. Los temas del día siempre solían ser cosas graciosas o casuales. "Me molesta..."; "Es chamuyo que..."; "Es verdad que..."; ¿¡Por qué, justo hoy, que decidí DESPUÉS DE DÍAS volver a escuchar esa bendita radio que pensé que despejaría mis pensamientos, el tema del día fue "EXTRAÑO A..."?!
Y no es que volví a apagarlo, siquiera... la mente humana es muy masoquista.
Escuchaba que la gente extrañaba la secundaria, su adolescencia, experiencias pasadas... y había personas extrañando a sus ex por doquier. Todos hablando de lo felices que fueron con sus ex... ex, EX. Sentía que no paraban de pronunciar esa palabra.
Sentada en el tren, sí... cerré los ojos, escuchaba tranquila... pero es como decir "Río para no llorar", porque si no, abría la ventana y me tiraba a los rieles.


En mi mochila encontré el par de guantes que una vez me regaló la mamá de Él. Bajé del tren con su aroma persiguiéndome como siempre, y caminando hacia la facu me crucé con más o menos una decena de parejas que se protegían del frío con abrazos, de la mano, riendo juntos y besándose... ¿acaso sabían mi situación? Parecía que habían organizado un complot en mi contra, para impedir a toda costa que pensara en otra cosa...


Llegué a la facu y no había casi nadie con quien charlar. Después llegó una amiga, pero cualquier distracción que yo consiguiera, siempre, sea el pensamiento que sea, terminaba con algún recuerdo de Él. Angustiante.


Una hora y algo después de haber esperado en el pasillo, nos enteramos de que no iban a haber clases. Yo seguía tratando de aguantar, de ser fuerte, de reír, de charlar... pero no podía. Salí rápido de la facu, y al estar sola otra vez, en el viaje no pude evitar sumirme otra vez, completamente, en su recuerdo. Llegué a la estación y me tomé el colectivo equivocado, cuando me di cuenta de eso dije "Bueno, voy a aprovechar para caminar y despejarme con el sol...". Pero me fue imposible, la tristeza volvió a ganarme y no pude evitar pensar en Él de nuevo. Sentía que lo extrañaba, que quería abrazarlo, besarlo, estar con Él... mientras tanto seguía cruzándome a parejas de la mano, con un montón de Volkswagen Senda bordó que corrían en las calles (no me había dado cuenta de que existían tantos)... incluso pasé por una perfumería y en la vidriera estaba el perfume que Él usa... Dios, ¿de verdad puede ser posible tanto remordimiento junto?


La principal meta que me impongo cada día desde que no te tengo, es tratar de mejorar para dar lo mejor de mí. Pero me es totalmente imposible, en cada cosa con la que me cruzo hay un recuerdo tuyo que me hace extrañarte más que antes...

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