sábado, 5 de septiembre de 2009

Hermosa enfermedad.

Dicen que el amor es algo maravilloso, un tanto difícil de explicar... un sentimiento especial, algo grande, hermoso y eufóricamente deseado por todos, pero... ¿Saben qué? Yo no pienso así.
El amor no es un sentimiento... es una enfermedad. Sí, una enfermedad que nos vuelve locos de atar, que nos hace perder la cabeza por algo tan simple -y tan complejo- como una persona, un pequeño punto en el iniverso infinito, que en ese momento se convierte en nuestro propio universo, en lo único que nos importa y en lo único en que pensamos constantemente las veinticuatro horas del día.

¿Síntomas? Claro, como cualquier enfermedad, esta también tiene sus síntomas: Mariposeos en el estómago, leve pérdida de la noción del tiempo y aceleración del pulso cardíaco, entre otros.
Es una droga, sí, una droga a la cual caés sin más, es necesidad... es amor.
Cuando tenes este sentimiento -enfermedad- tenés la necesidad de volver a sentirlo, una y otra vez, siempre. Creo que la parte más difícil de dejar ese hábito es dejarlo. Quiero decir, nos hicimos adictos por alguna razón, ¿No?

El amor es ese momento en el que besás a alguien y desaparce todo lo que tenés alrededor, y lo único que existe sos vos y esa persona. Es entonces cuando te das cuenta de que esa persona es el único hombre al que debés besar el resto de tu vida, y sentís por un momento algo realmente asombroso y querés reír y también llorar. Te inunda la felicidad de haberlo encontrado y te invade el temor de perderlo, al mismo tiempo. Y esa persona está ahí, suplicando por tus besos, sin saber que ni siquiera tiene que pedirlos porque son de él, porque ya no sos tuya, sino de él. Sos del otro en cuerpo y alma.
Quizás el amor verdadero sea una decisión... la decisión de jugártela por alguien, de entregarte a alguien sin pensar en si te va a corresponder por siempre, o si te va a hacer daño, o si es el amor de tu vida... Pero para mí no es algo que puedas escoger, sólo te ocurre y ya está, todo el tiempo. No importa cómo ni cuándo.

El mejor tipo de amor es el que despierta el alma y hace buscar más, que planta un fuego en el corazón y trae paz a la mente. ¿Alguna vez llegaste a amar tanto a alguien hasta llegar a sentir que no existís, hasta el punto de que ya no te importa lo que pase? Yo sí, y es hermoso.

El amor verdadero es un proceso, no un acontecimiento, y yo no sé si voy a compartir toda mi vida junto a él, pero juro que me está haciendo pasar los momentos más lindos que alguien me haya podido brindar.
El amor es pasión, obsesión, no poder vivir sin alguien. Perder la cabeza. Encontrar a alguien a quien amar como loca y que te ame de igual manera ¿O acaso le llaman amor a la desesperante idea de saber que nunca vas a ser correspondido? No sé, a mí todavía no me cierra.

¿Cómo encontrar el amor? Olvidá al intelecto y escuchá a tu corazón. Porque lo cierto es que a pesar de que en la vida a veces hay que pensar dos veces, en el amor no vale la pena pensar cuando se trata de entregarse. El Zorro en El Principito dijo que no existe mejor manera de ver que con el corazón, porque lo escencial es invisible a los ojos.

Lo cierto es, que sin corazón no hay amor. Y vivir sin estar felizmente enfermo, la verdad, no tiene sentido alguno.
=)

Soy el remedio sin receta y tu amor, mi enfermedad.

2 comentarios:

Emi dijo...

Quizás el amor verdadero sea una decisión... la decisión de jugártela por alguien, de entregarte a alguien sin pensar en si te va a corresponder por siempre, o si te va a hacer daño, o si es el amor de tu vida...
la parte que mejor me identifica jaja XD.
el amor es una enfermedar, mejor dicho una adicción estoy deacuerdo con eso. tiene sus virtudes, pero como todo tiene sus defectos.
te quiero amiga=)
nos vemos prontito .

Anónimo dijo...

Que linda :). Mucha suerte con tu novio y ojala eso les dura para siempre