Anoche tuve la posibilidad de ir a Laguna de los Tres de noche junto a dos fotógrafos de paisaje nocturno.
Mientras estaba sigilosamente sentada al lado del trípode de uno de ellos, él agarró su celular y me preguntó:
-¿Te gusta Silvio Rodríguez?
Lo miré con los ojos sorprendidos. No pasó ni un segundo antes de que mi "¡sí!" se mezclara con mi sonrisa ante tal casualidad.
-Entonces escuchemos Silvio Rodriguez. -Decidió él.
"Ojalá pase algo que te borre de pronto..." -susurraba la primer canción en medio de toda esa inmensidad negra que nos rodeaba.
Y así fue como, nuevamente, pensé en esa persona que me hizo conocer a Silvio Rodríguez. Presté atención al ambiente que se creaba gracias a la mezcla de semejante lugar y esas canciones... Y entonces pensé de nuevo en las ganas que tenía de estar con él, en estar compartiéndole ese momento tan emotivo para mí, de que me abrazara para protegerme del frío...
-Hermoso, ¿no? -Agregó el fotógrafo mirando a su foto recién sacada.
-Perfecto. -Le contesté. Mis lágrimas caían una detrás de la otra mientras la oscuridad las escondía.
El universo no para de presentármelo.