Trato de no decírtelo, a veces de negármelo a mí misma. Trato de esconderlo, de que nadie más se de cuenta, de tomar fuerza, de que las lágrimas no salgan. Trato a la vez de que no se me estruje todo el pecho. Me encantaría poder olvidarme aunque sea durante mis noches sin sueño, durante mis sueños inevitables...
... pero como los segundos parecen como años lentísimos, un solo día equivale para mí a toda una eternidad... y no puedo.
Te extraño todos los días, y todos los días, no puedo dejar de hacerlo.
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