Algún tiempo después y en la casa de una de estas amigas, yo no paraba de llorar por él, y ella, tal vez cansada de verme así, me confesó algo que él supuestamente dijo sobre mí en esa juntada. No recuerdo en qué contexto ni por qué salió el tema, pero según ella fue algo así como: "Y bueno, que sufra. Yo quiero que sufra." Lo dijo refiriéndose a mí. Sabiendo que estaba pasándola mal por él. Y en frente de todos.
Y lo recuerdo hoy, porque sé que si esa parte enojada de él leyera esto, seguro se pondría muy contento. Porque no recuerdo haber sentido tanto sufrimiento junto en toda mi vida y durante tanto tiempo.
Llorar, sufrir y extrañar a alguien que alguna vez haya podido desear tu sufrimiento debe ser una de las bajezas más grandes de una persona. Pero sí, acá estoy, carente de dignidad alguna, lamentándome por reconocer que la única persona que podría consolarme en este momento, es aquella por la que sufro.
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