viernes, 15 de noviembre de 2013

Avanzar

Y sí, lo reconozco... lo difícil no es sólo dar el primer paso. Da miedo seguir caminando cuando no puedo ver completamente todo el camino, pero de eso se trata la vida: avanzar con confianza a pesar de no saber lo que se viene.

Esta entrada no es la misma que la primera. Ya no tengo 16 años, pasaron un montón de cosas en el medio y este blog, el cual fue creado para acompañar y reflejar parte de mi vida, tiene que estar a la altura de las circunstancias. Crecí, cambié en algunos aspectos (para mejor, espero)... y conmigo también tiene que hacerlo este espacio, ¿no?


Reconozco también que madurar a veces implica aceptar cosas que creí impensadas. Hace cinco años atrás jamás me imaginé en en una situación como esta... porque hace poco tuve que comenzar con un cambio tan drástico que no creí llegar a soportarlo. Fue como una metamorfosis completa, un hito que marcaría un antes y un después en mi vida que creí que jamás podría superar... y que incluso hasta ahora, lo confieso, a veces me sigue siendo difícil de asimilar.


Sé que todavía no dispongo de la inteligencia emocional suficiente para terminar de aceptar la posibilidad de que la persona que amé tanto, durante tanto tiempo y de una forma tan increíble e incomparablemente profunda, probablemente ya no será ese quien siempre creí que sería: mi compañero de vida, mi sostén incondicional, el hombre con quien formaría una familia. Y es difícil, muy, porque con Él crecí, con Él proyecté mi vida, con Él compartí cosas que con nadie más compartí... fue lo que con todo mi corazón creí que me completaba, lo que me complementaba. A veces sigue siendo difícil mirar ese lado que dejó vacío y llenar el hueco que quedó ante su ida. Es algo que todavía ahora estoy aprendiendo a hacer.


Por eso, a la vez, no quiero dejar de escribir acá. No sólo por el hecho de no dejarme alguna que otra cosa guardada, sino por todo lo que siempre significó para mí su esencia reflejada en este lugar. Porque no quiero desechar completamente ni dejar a un lado todo lo hermoso que sentí y por consiguiente, todo lo que construí gracias a eso. No por un tema de apego emocional... sino porque Él formó parte de mi vida, porque sigue siendo parte de mí de alguna forma y sería hipócrita de mi parte intentar olvidar todo aquello que alguna vez influyó tanto en mi felicidad y llenó tanto mi vida.


No falta alguna que otra noche en la que extraño tus abrazos mientras me estoy por quedar dormida. Pero esta mujer ya adulta a la que cada día se le cae una ficha nueva, quiere flexibilizar sus objetivos, terminar de abrir su mente, sus ojos y su alma... aunque ya no pueda ser, física y realmente, en Tus Brazos.



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