Nuca fui muy fanática del fútbol. Recuerdo que una vez estaba tomando la siesta con mi mamá en el primer tiempo pensando en que Argentina ni siquiera pasaría la fase de grupos... Pero paulatinamente la ilusión se fue agigantando, hasta hoy.
Por no decir AÑOS, debo reconocer que hacía mucho tiempo no había sentido una felicidad como la que sentí cuando Argentina había sido proclamada campeón del mundo. Pero no por ser un equipo de fútbol, sino porque me fui dando cuenta que esta pasión nos unía a todos como argentinos. Dejaron de existir banderas políticas, de religión. Los de River admiraban a los de Boca. No había estandarte que no fuera el del orgulloso patriotismo de ser argentino. Y yo no había presenciado algo así en mi vida. La alegría fue contagiosa. La sentí...
Pero fue efímera.
Todo se derrumbó en plena fiesta. Volví con lágrimas angustiosas caminando desde el Obelisco hasta mi casa. Los que festejaban chocaban contra mis hombros y así y todo nunca me sentí tan lejos de toda esa algabaría. Otra vez me sentí encerrada en una burbuja negra que sólo distorsionaban las luces de los semáforos y me hacían ver los festejos en cámara lenta. Como si el deseo (ya rendido) por sentir lo mismo quisiera tomar las últimas fotografías de lo que sucedía.
Hoy ganó Argentina. Pero debo reconocer que yo perdí. Lo reconozco secándome las lágrimas con la camiseta del país donde nací, al que amo, por el cual me hubiera gustado hacer algo.
Pero estoy cansada de luchar contra algo que me derriba todos los días.
Lo único que deseo es que por favor me comprendan. Que por una vez me comprendan y no se enojen conmigo. Prometo que busqué todos los caminos para encontrar la paz. Hice mil cosas para sentirme bien conmigo misma. Pero de verdad y lo lamento, no lo consiguí. Yo perdí.
Sólo deseo abrazar muy fuerte a mis hijitas. Volver a encontrarme con ese amor que siento que nunca volveré a encontrar en este plano.
Y si nada de eso existe, entonces la nada misma prefiero antes que seguir soportando todo esto.
Es el deseo de alguien que se cansó de pelear.
Quiero descansar.