El Himno Nacional empezó a sonar en alguna casa cerca de la mía. La melodía entró por la ventana abierta de mi cuarto, haciéndonos saber a todos los que la escuchábamos que ya eran las doce de la noche del 22 de agosto. Cerré los ojos, entonces, pensando en el día que acababa de terminar. Un par de lágrimas siguieron mojando mi almohada... y pensé en que aquél fue no sólo el fin de un día corriente, sino también el de una etapa larguísima y que me cuesta mucho cerrar todavía.
Con una vista muy borrosa, leí que me querías y me di cuenta de que mientras tanto estaba abrazando a Seis. Leí que me querías y que querías verme y no pude evitar imaginar mis sesos revolviéndose al tenerte en frente y ya no poder mirar esos ojos tuyos como siempre lo hice desde que te conocí.
Y eso es lo que pasa. Mi cuerpo sigue diciéndome que es tuyo y todas las terminaciones nerviosas de mi piel se estremecen de sólo verte.
Quiero darte un beso en el lunar de tu cachete derecho. Quiero acariciar la cicatriz de tu nuca y hundir mi nariz en tu cuello perfumado al abrazarte...
Quiero abrazarte. Tengo tantas ganas de abrazarte, que me tiembla el cuerpo entero.
Quiero decirte que te extraño, quiero decirte lo importante que seguís siendo para mí, me muero por decirte todo lo que te quiero... pero sé que nunca más voy a poder hacerlo como siempre lo había hecho.Y la impotencia me duele... Me duele muchísimo.
"Pero pase lo que pase, y aunque otro me acompañe, en silencio te querré, en silencio te amaré, en silencion pensaré tan sólo en tí."